Aquí la ultima y tercera parte de mi serie de cuentos, es el mas largo y lo termine el año pasado, espero que hallan disfrutado leer esta serie de cuentos así como yo disfrute escribirla, sin nada mas que decir los dejo con el final de esta historia.
Reunión
La oscura sala del trono se hallaba silenciosa, en el alto trono de acero negro, estaba un ser envuelto en una larga capa oscura y con una imponente corona de hierro sobre su cabeza, el rey Blodfut de Nerwalt observaba expectante las grandes puertas de acero. Habían pasado ya 125 días desde que el lograse escapar de la persecución de Sered utilizando a la hija de este como señuelo, nada satisfacía más al elfo oscuro que haber hecho que Sered matase a su propia hija.
-Brindo por mi exitoso plan-dijo sonriente mientras levantaba su copa de vino a la fría y silenciosa sala.
Dio un largo sorbo y luego dibujo una sonrisa triunfante en su rostro, faltaba poco para que su plan se cumpliese, había esperado por tanto tiempo, años y años de preparación para lo que estaba por llegar.
Todo marchaba a la perfección, ahora lo único que tenía que hacer era esperar a Sered, Blodfut había ordenado que todos sus súbditos y familia abandonaran el valle y que no regresaran en los próximos 8 días y 8 noches, no quería que nada interfiera en su batalla contra el rey de los elfos y tampoco que este dañara a sus seres queridos “Esto es solamente entre el y yo”
Blodfut se recostó en su trono y se sirvió otra copa de vino, esperando la entrada de Sered. Estaba impaciente por cada segundo que pasaba su sed de venganza se acrecentaba, al ver que Sered tardaba el elfo oscuro se hecho una siesta sobre su trono.
Cuando cerró los ojos, en su mente se vieron todos los recuerdos de su larga vida, recuerdos que se remontaron hacia atrás, desde hace ya más de 500 años, cuando él vivía entre los elfos de Anoria como príncipe, en aquel momento el tenía otro nombre, incluso su apariencia era otra. El elfo oscuro contemplo detenidamente todos esos recuerdos, recuerdos de un niño que corría directo a abrazar a su padre cuando pasaba meses enteros sin verlo, recuerdos de cacerías y batallas que ambos libraron juntos, cuando conoció a la mujer con la quien él se casaría, cuando creía que toda su vida era hermosa y pacífica “Hasta aquella noche” se dijo así mismo al tiempo que adelantaba sus recuerdos hasta el momento en donde descubrió la verdad, lo recordaba con extremos detalle, un cuervo negro de ojos amarillos apareció en su ventana, aquel cuervo era demasiado grande para ser normal en sus patas llevaba una espada negra, cuando el dejo entrar al cuervo el ave tomo su verdadera forma, la de un elfo oscuro de ojos amarillos y túnica morada, quien se identificó como su hermano Falder, quien le mostró un espejo donde Blodfut pudo ver la verdad, recordó ver en aquel espejo un rostro de piel oscura en vez de blanca, ojos amarillos envés de grises y un brillante cabello blanco en vez de uno negro, Sered le había cambiado todo, hasta su apariencia para ocultar la verdad. Blodfut recordó el odio y la tristeza que sintió aquella noche, toda su vida había sido una mentira, esa misma noche el cambio, escucho sus verdaderos origines, el era el príncipe de los elfos oscuros de Nerwalt y Falder era el actual rey, supo que Sered asesino a su padres, el rey Bilor y la reina Erecia durante una guerra en la cual Sered ataco la capital de Nerwalt, donde el rey de los elfos masacro a todos, a todos excepto a un bebe elfo oscuro al cual adopto como a su hijo . Esa noche cambio todo para él, llego la conclusión de que debía empezar de nuevo y para eso debería eliminar todo cuanto lo unía a su vida.
Y fue así que con aquella espada negra Blodfut recupero su verdadero ser y en venganza masacro todo lo que había tenido un significado para el, recordó los rostros de todos sus amigos a los cuales asesino con una sonrisa en el rostro, las casas a las cuales prendió fuego, la cantidad de mujeres y niños que morían bajo el filo de su espada, el rostro de Lumeria, la que hubiera sido su esposa y a quien el violo antes de degollarla. Recordó el rostro de odio y sorpresa que puso su padre cuando lo encontró en Claro Plateado empapado con la sangre de numerosos inocentes, recordó la lucha siguiente y cuando Sered tuvo la oportunidad de matarlo y en vez de eso decidió dejarlo libre. Blodfut adelanto de nuevo sus recuerdos y vio pasar fugazmente los largos años que vivió como vagabundo, recorriendo el continente entero en busca de poderes que le sirviera para hacerse más poderoso y poder vengarse del que el llamo padre. Adelanto sus recuerdos hasta el día en que él se presentó ante las puertas de Nerwalt para reclamar el trono, por el cual tuvo que librar un duelo a muerte contra su hermano Falder a quien venció con muchas dificultades y quien se vio obligado asesinar para obtener el trono, luego de recordar aquellos sucesos Blodfut vio los 300 años que reino como soberano del valle oscuro, las guerras que ocasiono, la cantidad de enemigos que cayeron ante el , los traidores que ejecuto y la hermosa familia que formo “ 3 hijos , 2 varones ,una niña y una esposa” pensó satisfecho,.
Luego de ver todos sus recuerdos Blodfut llego a la conclusión de que había vivido demasiado tiempo “E hecho un gran daño al mundo” pensó mientras se dejaba caer por un oscuro vacío “ Toda las vidas que eh tomado por puro capricho, el sufrimiento que eh ocasionado de manera intencional para demostrar mis superioridad, al final todo esto solo forma parte de un compleja mascara que yo mismo me eh fabricado, una máscara de locura y demencia que en realidad ocultan aun alma torturada, ah querido padre no tardes pues tu hijo espera su merecido castigo”.
De repente un gran estruendo despertó a Blodfut, quien rápidamente dirigió la mirada hacia la gran puerta, una sonrisa se dibujó en su rostro “Esta aquí” pensó mientras intentaba contener la marea de emociones que empezaron a arremolinarse en su interior.
Pasados unos segundos las grandes puertas de acero se abrieron violentamente, de par en par, un resplandor plateado inundo la oscura sala y envuelto en aquel resplandor apareció la figura del rey Sered, envuelto en su brillante armadura verde oscura, una larga capa de color verde bosque caía desde sus hombros hasta el suelo, su cabello largo de color negro cayendo por sus hombros, en sus ojos grises podían verse reflejada la ira y el odio, una espada larga de hoja ancha estaba envinada en su cintura y en su mano derecha empuñaba un largo arco de brillante y blanca madera.
-¡Bienvenido querido padre!-exclamo Blodfut mientras se levantaba de un brinco y luego mostraba una exagerada reverencia-Es un honor tenerte de visita en mi humilde morada- alzo la mirada y amplio su sonrisa-Dime, querido padre ¿Qué asuntos te traen ante mi?
En respuesta a las palabras de Blodfut, Sered disparo una flecha en dirección al elfo oscuro, la flecha iba dirigida su cabeza pero para la sorpresa del rey esta quedo suspendida en el aire para luego caer contra el suelo, a escaso centímetros del rostro de Blodfut quien seguía sonriendo.
Luego de que el primer disparo fuera detenido el rey soltó una maldición y acto seguido intento cargar el arco, pero sus músculos no le respondían, estaba quieto como una estatua, solo podía mover sus ojos los cuales enfurecido se clavaron en el sonriente rostro de Blodfut.
-Vaya manera de saludar, padre-dijo el elfo oscuro mientras empezaba a bajar los escalones del trono con una sonrisa triunfal- ¿Acaso pensaste que no caerías en mi trampa?-pregunto irónicamente mientras se detenía frente al rey de los elfos, quien yacía inmóvil como una estatua-¿Por qué estas tan quieto?-rió.
Sered intento hablar, pero no podía sus labios estaban completamente sellados. Blodfut pudo ver ira, duda e indignación reflejadas en los grises ojos de Sered
-Permíteme que te explique el por qué te encuentras quieto como una estatua- dijo el elfo oscuro mientras colocaba sus manos hacia atrás para luego darle la espalda a Sered- Esta habitación esta hecha en su totalidad de Acero Negro, una fuerte aleación de metal que es un excelente amplificador de varios tipos de magias, entre las cuales destacan la creación de ilusiones y la trasmutación de objetos -dijo calmadamente para luego caminar unos cuantos pasos en dirección al trono- Por lo tanto, dentro de estas paredes mi poder no tiene límites-exclamo mientras extendía ambos brazos- Todo lo que yo piense esta habitación lo cumple- Dijo al momento que la temperatura de la sala descendió abruptamente y del oscuro techo empezó a nevar, Sered contemplo aquel hecho sorprendido-Esta nieve que cae de la nada y el frió gélido que sentimos es una ilusión amplificada al punto de parecer real, pero no lo es- se dio vuelta y miro sonriente al rey de los elfos, en esos momentos el frió y la nieve desaparecieron- Además de crear ilusiones la habitación me permite tener un control total sobre aquellos que yo considere una amenaza-sonrió ampliamente - Y debido a mis conocimientos de trasmutación y alquimia la habitación me permite moldearla a cualquier forma que yo desee solo con pensarlo - chasqueo los dedos y del suelo emergieron varias estatuas negras a su alrededor-
Los ojos de Sered se abrieron como platos al ver las figuras que emergieron alrededor de Blodfut, quien siguió sonriendo al ver sus ojos llenos de odio.
-¿Reconoces estas imágenes, verdad?-pregunto burlándose mientras señalaba las estatuas.
Las estatuas que se alzaban alrededor de Blodfut eran todas las personas que Blodfut había asesinado, todas las personas eran elfos, hombres, mujeres y niños, todas aquellas estatuas tenían grabadas hasta el último detalle y todas miraban al rey con la misma expresión de odio y desprecio, Sered soltó una lagrima cuando sus ojos se posaron sobre 2 estatuas en particular, eran esculturas exactas de sus 2 fallecidos hijos.
Blodfut soltó una risotada al ver como las lágrimas caían por el rostro de Sered. El elfo oscuro aplaudió con fuerza y luego se le acercó a grandes zancadas, se puso frente a Sered, lo observo de arriba abajo y luego le quito su arco, para luego partirlo en 2.
-Míralos bien, mira sus rostros, los rostros de la gente a la cual le fallaste y ahora están muertos-murmuro Blodfut a los odios del rey – Les has fallado, tu tienes la culpa de sus muertes ¿Sabes Por qué? Por qué me dejaste con vida, pensado que nunca regresaría para clamar venganza, pero te equivocaste.
Una vez de que Blodfut termino de decir aquellas palabras, el elfo oscuro regreso a su trono, una vez que tomo asiento señalo a Sered.
-Ya te he dicho lo que tenía que decirte, así que ahora te permitiré hablar-dijo mientras se recostaba en el trono- Me gustaría que tuviéramos una pequeña charla.
Blodfut chasqueo los dedos y en esos momentos el rey Sered pudo hablar, cuando recupero el habla el rey de los elfos soltó un grito de ira.
-¡Voy a hacerte pagar por toda la gente que mataste y sufrirás el doble por los crímenes que sufrieron mis hijos, te despellejare vivo y reiré mientras pides clemencia como la maldita rata de mierda que eres!.
Blodfut soltó una risotada.
-Por favor, padre no me hagas reír-dijo burlándose-Me culpas a mí de la muerte de tus hijos pero en realidad toda la culpa recae sobre ti, después de todo ¿No fuiste tú quien no pudo proteger a sus hijos cómo debía?¿Quién disparo la flecha que mato a su propia hija o quien fue el que permitió que su hijo se fuera a los bosques solo y sin escolta?
Aquellas palabras parecieron golpear al viejo rey del bosque.
-Es un error que no planeo cometer por tercera vez-dijo Sered enfurecido-¡Maldito sea el día que te encontré y no pude cumplir mi deber, malditos sean todos y cada uno de los días en los que te llame hijo!
-¿Es eso lo que tienes para decir en tu defensa, maldito infeliz?-grito Blodfut enfurecido-¿De esa manera piensas que podrás deshacerte de mi?-lo señalo-Admítelo, me perdonaste la vida porque creíste que criándome como tu hijo podrías expiar tu pecados, todas las muertes y el sufrimientos que ocasionaste a mi pueblo-el tono de su voz aumento – ¡Pensaste que así, los siglos de esclavitud y matanzas que tu mismo dirigiste serian perdonados! –soltó un grito indignado- Y cuando me tuviste a tu merced aquella noche en el Claro Plateado ¿Qué hiciste? ¡Nada!, solamente me amenazaste y me dejaste ir creyendo que de esa manera yo no regresaría para hacerte sufrir
Sered no dijo nada.
-¡Confiésalo!-exclamo Blodfut, de repente Sered cayo de rodillas y con la cabeza gacha
-No tengo nada que confesar-dijo el rey del bosque- No puedo hacerme responsable de actos que escaparon a mi comprensión ¿Quieres saber por qué te adopte como mi hijo? Pues ahora te lo diré-dio un suspiro y luego le miro directamente a la cara- Por aquel entonces nunca me puse a pensar acerca de mis enemigos, jamás fui consiente de toda la destrucción y miseria que mis acciones ocasionaban, nosotros los elfos del bosque siempre vimos con odio a los elfos del valle, ni siquiera intentamos razonar cuando abandonaron los bosques y partieron hacia los valles, solo que nuestro estúpido orgullo desmedido nos llevó a cometer semejantes crueldades-hizo una breve pausa, su voz tenía un tono de tristeza-Matar soldados enemigos en el campo de batalla es muy diferente para cuando se irrumpe en una ciudad y se asesinan a inocentes, recuerdo haber avanzado por la calle principal junto a mis soldados matando a todos los que se cruzaran en nuestro camino, sin importarnos nada, cuando llegamos al castillo yo y mis guerreros nos enfrentamos a Bilor, todos mis hombres murieron en aquella batalla y solo yo fui capaz de hacerle frente y al final fui quien termino con su vida atravesándole el pecho con mi espada, luego me percaté de que el antes de morir dirigió su mano hacia las escaleras que ascendían por la torre principal, como si intentase alcanzar algo…-cayó abruptamente, y de sus ojos comenzaron a emanar lágrimas.
-continua--dijo Blodfut en tono amenazador-¡Continua!-exclamo enfurecido mientras sus ojos amarillos se hundían como dagas sobre la atormentada figura de Sered.
-Recuerdo haber subido las esclareas, hasta lo alto de la torre donde encontré a una mujer que me apuntaba temblorosamente con una ballesta, detrás de la mujer se encontraba un niño y una cuna…-soltó un quejido- recuerdo que cuando di el primer paso, la mujer disparo el proyectil el cual esquive en el acto, lo que hice después…-volvió a callar.
A medida que Sered continuaba el relato, en su interior Blodfut sentía como una gran tristeza, pena y furia crecía en su interior, odiaba a Sered mas que nada en el mundo pero una pequeña parte de él no podía evitar sentir cierta compasión por el “No tengo que dejar que esta pequeña nostalgia domine mis emociones, debo llevarlo hasta el límite, hacer que me odie como nunca me a odiado, eliminar de el todo rastro de misericordia para que solo queden el odio y la ira”
-¿Que mas recuerdas?-pregunto el insistente-¿Qué más recuerdas?-repitió.
-Lo que hice después fue degollarla mientras el niño mayor comenzaba a llorar- Sered levanto la cabeza y miro a Blodfut directamente a los ojos-Solo cuando me prepare para asesinar a esos niños supe la magnitud de mis errores, cuando vie aquellos rostros llorosos e inocentes vi todo el daño que había causado, pensé que no era demasiado tarde, así que sin pensarlo tome al bebe y abandone el lugar, al niño lo nombre “Blodfut” y meses más tarde lo presente orgulloso como mi hijo, ahora veo que ese fue el mayor error que eh cometido en mi vida
-Y ahora tu estas de rodillas ante el niño que te llevaste aquella noche, en la misma tierra que arrasaste, llorando como las mujeres y los niños que mataste por puro capricho, esperando tu justo castigo-dijo Blodfut mientras se servía otra copa de vino-Parte de tu castigo ya a sido cumplido, solo falta una pequeña cosa más-chasqueo los dedos y entonces las estatuas que se encontraban ante Sered desaparecieron, y ante los ojos del rey apareció la imagen del príncipe Therias, quien estaba atado con cadenas a una silla- Ahora vas a ser testigo del sufrimientos que tus hijos vivieron por culpa de aquella decisión, ante ti esta tu hijo Therias a un día de su muerte- dio un sorbo- Ahora veras lo que verdaderamente ocurrió, veras todo lo que tu hijo sufrió el breve tiempo que lo tuve capturado-dio un largo trago y luego agrego-Basta de charla, es hora de que comience la función.
Blodfut volvió a chasquear los dedos y entonces la imagen de Therias comenzó a moverse, y a los pocos segundos un filo invisible comenzó a recorrer el rostro del príncipe, quien soltó un grito desgarrador.
El rey Sered observaba horrorizado, aquella horrible visión que se mostraba ante el, podía escuchar cada grito, cada suplica, el desgarre de la carne y como esta se quemaba. Podía ver cómo, de poco a poco el cuerpo de su hijo comenzaba a transformarse en una grotesca imagen quemada y mutilada.
-¡Por favor, detente!-chillo el rey sin poder dejar de ver la horrible escena.
Blodfut rio como un maníaco, su risa apenas se escuchaba entre los gritos y sollozos de Therias.
La tortura de Sered, duro un día completo, pero para el viejo rey fue un eternidad. Cuando la tortura termino la imagen de Therias volvió a fundirse en el suelo.
Blodfut miro triunfante al rey Sered, quien en su rostro recorrido por las lágrimas le miraba con el mayor odio y desprecio que del cual Blodfut jamás fue testigo.
-¡Bravo!-exclamo desde su trono mientras daba aplausos-¡Esa es la expresión que quiero ver, esa misma mirada!-dio un silbido-Dime ¿Ahora me odias?
Sered no dijo nada, solamente le miro con aquellos enfurecidos ojos grises recorridos por las lágrimas.
-Por favor, no me mires de esa manera, querido padre, todavía queda el plato fuerte-dijo el elfo oscuro a la vez que volvía a chasquear los dedos.
La siguiente imagen que aprecio ante Sered era la de su hija, quien colgaba de cadenas invisibles con sus pies a escasos centímetros del suelo.
-Ante ti tienes a tu querida hija, a 3 días de ser asesinada por tu flecha, la capture por pura casualidad mientras ella deambulaba sola por el bosque-sonrió perversamente- bajo mi forma de cuervo me siguió hasta mi escondite, donde la encadene y viole por 3 días hasta luego liberarla y dejarla totalmente desorientada en el Claro Plateado, cayo presa de una ilusión que fue terminada por la flecha que la mato- se recostó de en el trono- ¿Pero de qué sirve que te diga lo que ocurrió cuando puedes verlo con tus propios ojos? Después de todo una imagen vale mas que mil palabras ¿No crees?
El elfo oscuro volvió a chasquear los dedos y la imagen cobro vida.
Sered vio como una figura con la forma de Blodfut comenzaba rasgar el vestido de su hija para luego comenzar a violarla. La imagen de la princesa soltaba gritos y quejidos, y en su rostro se graban el dolor y la desesperación.
Esta ves el rey no soltó ningún grito o lamento, solo contemplo silencioso e impotente aquellas horribles imágenes. La tortura de Laiwen fue un poco más larga que la anterior y cuando esta finalizo el rey quedo con la mirada en el suelo, totalmente silencioso como una estatua.
-¿Qué sucede?-pregunto Blodfut sin dejar de sonreír-¿Acaso te has quedado sin habla?
-Voy a matarte-murmuro el rey Sered .
-¿Qué dices? No puedo escucharte, habla más fuerte por favor
Sered levanto la mirada y clavo sus enfurecidos ojos grises en Blodfut. El elfo oscuro sonrió al ver aquella mirada “Lo conseguí e eliminado todo signo de compasión, puedo verlo en su mirada” .
-¡Voy a matarte!-grito el Sered con fuerza.
La voz del rey de los elfos resonó por toda la sala, en aquella voz podían notarse claramente una tormenta de odio que estaba punto de estallar. La sala tembló, y entonces envuelto en un resplandor blanco el rey del bosque se puso de pie.
Cuando Sered gritase esas paradas Blodfut sintió como todo el poder que el ejercía sobre la sala, se le fuera cortado abruptamente.
El rey extendió su mano en dirección a Blodfut y acto seguido una gran ola de hechicería gris salió disparada en dirección a el.
El ataque del rey choco contra una barrera invisible que Blodfut había levantando a su alrededor. El elfo oscuro sintió como aquella ola de hechicería chocaba contra su muro de protección y por uno instantes casi logra romperlo.
-¡Al fin!-exclamo eufórico mientras se ponía de pie-¡Eh esperado este momento por siglos!-exclamo al momento que soltaba una risa de locura.
Al momento que Blodfut comenzase a reír, el rey lanzo otra ráfaga de hechicería, la cual destruyo todo el trono, pero fue esquivada a tiempo por Blodfut quien de un salto callo frente al rey. El elfo oscuro se quito su capa y dejo a la vista una brillante armadura negra y una espada envainada.
-¡Ahora es mi turno!-exclamo el elfo oscuro.
Blodfut desenvaino su espada negra y con ella apunto a su enemigo. Una enorme ráfaga de hechicería oscura salió del filo del arma y recorrió a gran velocidad la sala.
El ataque de Blodfut fue desviado hacia arriba por un escudo invisible que rodeaba al rey e impacto contra el techo, dejando un gran agujero por el cual se filtraron la luz de la luna y las estrellas.
Luego de desviar el ataque del elfo oscuro, Sered desenvaino su espada, cuya blanca hoja brillo con intensidad.
Ambos contrincantes se miraron, directamente a los ojos y segundos después se lanzaron el uno contra el otro.
La batalla entre ambos arraso la sala del trono, enorme explosiones de hechicería salían disparadas de ambos contrincantes, el sonido de las espadas al chocar resonó con intensidad y chispas oscuras y blancas eran desprendidas cuando sus aceros se encontraban.
Blodfut combatía sonriente, reía mientras atacaba como un demonio lanzando rápidos ataque de sombras y estocadas, que eficazmente combinaba con su magia ilusión con la cual podía crear copias que servían para distraer a su contrincante. El elfo oscuro podía ver el odio y la ira en los grises ojos de Sered, los cuales lo seguían a gran velocidad, pudiendo así interceptar sus ataques.
El infernal combate, termino por destruir todo el castillo y los llevo afuera, hacia la ciudad vacía que se convirtió en todo un campo de batalla. Grandes explosiones de energía arrasaban con todo a su paso, los choques de las espadas resonaban por todas las calles . Blodfut lanzaba toda una lluvia de hechizos contra Sered, quien ágilmente los evadía o repelía para luego contraatacar con potentes ráfagas de energía que apenas podían ser esquivadas.
Aquella infernal batalla duro 5 días enteros y al final ambos contrincantes terminaron en medio de las ruinas mirándose a los ojos, estaban cansados y ambos sabían que aquella eternas batalla no termina hasta que uno de los 2 caiga. Sus armaduras estaban destrozadas, ambos estaban totalmente ensangrentados
“Esto se está tornando cansador” pensó Blodfut cansado mientras observaba atento a Sered quien se seguía callado, pero al igual que el mostraba signos de cansancio.
-¡Esto acaba aquí!-exclamó el elfo oscuro mientras apuntaba a Sered-¡Desaparece!-grito.
Blodfut concentro todo su poder en el filo de aquella espada, descargo toda su ira, odios y tristeza en un solo ataque. Una enorme ráfaga de energía salió desprendida de su espada, la magnitud y el tamaño de aquella ráfaga de sombras era masivo y arrasaba con todo cuanto se encontraba a su paso, desintegrándolo por completo.
Sered observo aquella monstruosa ola de energía oscura y envuelto en un gran resplandor blanco se lanzó contra la ola de oscuridad
Blodfut podía sentir como el poder de Sered resistía el ataque, el elfo oscuro podía ver como la brillante espada de Sered se abría paso entre la oscuridad “ya viene” pensó sonriente “mi muerte está cerca”.
Blodfut escucho el grito de ira que Sered descargo cuando el brillante filo de su espada atravesó el pecho de Blodfut, quien sintió como aquel ardiente filo se abría paso atreves de él. Con una enorme sonrisa en los labios y con los ojos cerrado Blodfut cayó al suelo de espaldas directamente frente al cielo azul. Sintió como la vida se escapaba por aquella herida que tenía en su pecho.
-Gracias-murmuro al momento que alzaba la mano en dirección al cielo para luego dejarla caer.
Aquellas fueron las últimas palabras de Blodfut.
No hubo despido ni palabras cuando Sered vio el cadáver de su enemigo, lo miro silencioso, observo intrigado aquella sonrisa.
-Maldito infeliz-susurro al momento que su rostro era recorrido por las lágrimas.
El rey callo de rodillas ante el cadáver de Blodfut y en esos momentos se llevó su mano hacia su costado derecho, donde se encontraba una enorme herida sangrante que Blodfut le hizo al instante que su espada le atravesaba el pecho. El rey empezó a ver todo borroso, al parecer aquella herida le había desangrado por completo.
El rey de los elfos se desplomo sobre el suelo, al lado del cuerpo de Blodfut. Mientras la vida lo abandonaba lentamente el rey dirigió una última mirada al rostro de su enemigo y entonces cerro los ojos para siempre.
Editado por Saratox, 19 April 2015 - 12:19 AM.