Jajajaja. Tendrías que haber aguantado un poco más, hombre, aunque fuera por ver qué otras cosas ofrece.
Yo incluso con la perspectiva del tiempo sigo viéndolo bueno, y eso que fue el principio del fin de la idea original, y como tal inferior al que considero uno de mis videojuegos favoritos, Origins. Bioware siempre pecó de copiar o adaptar las tendencias del momento y eso puede salir tanto bien como mal. Ya Origins bebía claramente de Juego de Tronos en muchos aspectos, desde las intrigas políticas, pasando por el ambiente sucio y decadente, y terminando por la crudeza de muchas de sus situaciones. Los Guardas Grises estaban inspirados en la Guardia de la Noche. Y fue todo genial, logró una personalidad propia increíble y una atmósfera como pocas recuerdo. Y entonces llegó la hora de hacer Dragon Age 2 y sabe Dios qué es lo que se llevaba en aquel momento y en lo que Bioware quiso inspirarse, los animes o qué sé yo, que de buenas a primeras les dio por cambiar la ética y la estética. Canonizó la rueda, cambió el diseño de personajes y escenarios, el sistema de combate ya no lucía igual y en fin, introdujo tantos cambios de una que causó rechazo. Luego el tema de los escenarios repetidos que bueno, a mí la verdad no me molestó tanto. Me molestó más lo que les hicieron a los engendros tenebrosos. Con todo el juego tiene su propio encanto. Su historia piramidal, la del desarrollo de una ciudad y de sus personajes con el paso de los años, sigue siendo innovadora a día de hoy, y está muy bien construida, a pesar de continuar más bien poco Origins. Los compañeros, estética aparte, muchos han quedado para el recuerdo siendo incluso entrañables. Varric o el propio Hawke, por ejemplo. Luego la banda sonora de Inon Zur es preciosísima. Kirkwall pagó los platos rotos de pasar a estar en todo Ferelden a limitarse a una única ubicación, pero en sí la ciudad yo la recuerdo con atractivo, con esas estatuas lloronas, esas cadenas y esos suburbios de refugiados, con los templarios queriendo poner orden en la parte alta. No sé, tiene sus cosas.