Tenemos un instinto natural (insisto en lo de natural, no está impuesto por la cultura, porque no hace falta) que nos hace ver el incesto como algo aborrecible. Esto tiene un por qué: Cómo ya han comentado, tener descendencia entre personas con las que compartimos un buen número de genes tiene su riesgo. Para entenderlo tendré que dar una clasecilla elemental de genética mendeliana

Los carácteres que nos determinan, los genes que tenemos en nuestro ADN, tienen siempre dos "versiones" en nuestro cuerpo, para cada gen. Esas versiones se les llaman alelos. ¿Y por qué demonios tiene que haber dos versiones de un mismo gen? direis. La evolución lo ha dispuesto así porque resulta útil tener siempre un alelo de reserva por si uno de los que hemos herdado tiene una mutación o viene ya defectuoso de por si. Es como el pneumático de repuesto del coche, dicho de forma pachanguera, solo que los dos cuentan. Lo que ocurre es que normalmente el alelo "bueno" se dice que es "dominante" frente al alelo ""malo"", que se dice que es "recesivo", de modo que aunque tengamos los dos, solo cuenta el dominante. El alelo recesivo no tiene porque portar un caracter malo, podria ser simplemente el alelo que determina que nuestro color de ojos sea azul, pero si tenemos el otro alelo que dice que nuestro color de ojos es marrón, este es dominante sobre el azul (por una serie de razones), de modo que aunque tengamos información genética para tener ojos azules, nuestros ojos serán totalmente marrones. No obstante, los alelos que portan enfermedades genéticas, suelen ser recesivos (ya que la evolución ha penalizado los alelos defectuosos dominantes, por razones obvias.., digamos que todo aquel que los tuviera no tuvo oportunidad de procrear), de modo que podemos ser portador de una enfermedad genética sin que se exprese en nosotros.
Cuando procreamos, se produce la recombinación de nuestros genes, nuestros alelos se combinan con los alelos de nuestra pareja. Esto da como resultado varias combinaciones.
Ejemplo:
El señor Fernando tiene un gen Aa, donde A es un alelo dominante, y a un alelo recesivo respecto a A. Ese alelo a porta una enfermedad genética, no obstante, como el señor fernando tiene un alelo dominante A perfectamente funcional, solo se expresa ese, así que no tiene problema. El señor fernando se enamora y conoce a la señora Julia, que de ese mismo gen es AA, los dos dominantes, así que obviamente tampoco tiene esa enfermedad, y ni siquiera es portadora. Ahroa resulta que tienen un varios hijitos y estos salen: AA, aA, AA, aA. Todos perfectamente sanos, solo que dos de ellos son portadores, pero en fin, ¿acaso importa?. Uno de esos hijos, por razones X, del os que es aA, mantiene relaciones con su hermana que también es aA. Estos tienen varios hijos: aa, aA, Aa y AA.
Tres de ellos son sanos, de los cuales dos son portadores. Pero uno de ellos, ¡oh, dioses del olimpo! Tiene una enfermedad genética, ya que es aa, y ¡tiene ambos alelos defectuosos!, ergo se expresa en él la enfermedad genética.
Obviamente esto puedes ocurrirnos igual si tenemos hijos con otra persona con la que no estemos emparentados pero que por mala suerte también sea Aa, pero es mucho menos prorable, ya que dentro del acervo génico de la población, estos alelos defectuosos han tendido a erradicarse o como mucho a mentenerse como recesivos.
Esto podemos verlo en las familias de la realeza, donde ha venido siendo habitual el procrear entre individuos emparentados (por eso de la sangre azul y tal). Ejemplo típico es la hemofília, por ej. El albinismo también se transmite de esta forma, por poner otro. y otras enfermedades muuuucho peores.
Por todo esto tenemos la tendencia irracional de no procrear con miembros de nuestra familia. Ahora bien, la cosa pierde su riesgo si no tienen descendencia (lo que pasa es que nuestro instinto no tuvo en cuenta esa variable y lo normal es que nos resulte asqueroso igual), pero eso yo vote que vale, que sí, pero si no tienen descendencia.